BIENVENIDOS A MI BLOG


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Con este blog solo pretendo compartir algunas lecturas, reflexiones, cuentos, relatos, poemas..... no solo con mis alumnos y alumnas, si no con todos mis seguidores y seguidoras.....

Lecturas, cuentos, relatos, poemas, que me parecen interesantes para trabajar y fomentar los VALORES y ACTITUDES..... (las buenas actitudes), y contribuir mínimamente a que todos seamos un poco mejores.


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viernes, 20 de enero de 2012

Programa Paces 2012


          
                                                        
     No hace mucho tiempo que un entrañable y jovencísimo amigo  me dijo,  que la calidad humana se veía en los momentos difíciles. No cabe duda que los estamos atravesando, y se dice que en un futuro próximo  parece  se avecina peor…
Aprovecho esta oportunidad que me brinda el Ayuntamiento para contar  algún que otro  relato, cuento o  historia…. que, en tiempos de austeridad económica,  creo que nos vendrá bien escuchar (en nuestro caso leer),  y con las que solo pretendo elevar los ánimos y proyectar un poco de luz ante el pesimismo que se respira en el ambiente.

Empiezo con la historia de aquella familia acomodada que un día el padre quiso  que  su joven hijo viera y comprendiera la pobreza de otras gentes, así que decidió llevar a  su hijo de  viaje por el campo,  con el firme propósito  que  viera cuán pobre era la gente que vivía  en el campo, en aldeas vecinas.
Estuvieron  visitando durante varios días las granjas de las  familias campesinas  humildes.
Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: ¿Qué te pareció el viaje?
Hijo: Muy bonito, papá
Padre: ¿Viste lo pobre que puede llegar a ser la gente?
Hijo: Si, he visto.
Padre: ¿Y qué aprendiste?
Hijo: “ Vi que nosotros tenemos un perro en casa, y sin embargo ellos tienen toda clase de animales. Vi que nosotros tenemos una piscina larga hasta  la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen todas las estrellas del firmamento. Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos no tienen tantas medicinas como nosotros,  pero tienen salud. Ellos no duermen en  las confortables camas que dormimos nosotros, pero tienen felices y relajados sueños. Ellos no tienen lujosas casas, pero tienen acogedores hogares. Ellos no tienen tantos elementos para la diversión, pero son felices. Quizá no tengan tan buena imagen como nosotros, pero son honestos y honrados. Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, nosotros tenemos   que trabajar todo el día y casi nunca nos vemos,  ni conversamos papá…. “
 Este viaje y este diálogo con su hijo dio mucho que pensar al padre  quien  pudo  darse cuenta de que tal vez él no  era  rico por poseer más,  sino los aldeanos vecinos por necesitar menos,  igualmente se preguntó si  se habían acostumbrado a querer tener  mucho más de lo que  realmente necesitaban,  y de lo que verdaderamente se podría prescindir…

Continúo con la historia de aquella escuela,  (que me viene como anillo al dedo), en la que el maestro se quejaba constantemente de no tener materiales didácticos ni pedagógicos,  ni recursos, ni láminas,  ni libros de texto para poder trabajar con los niños,  y ante la llegada del inspector  a la escuela, éste  le preguntó si tenía algún problema.  El maestro le respondió que el Ministerio no enviaba materiales didácticos, ni ningún tipo de recursos para poder avanzar con los niños, - el cuadro es caótico, Señor-  le dijo.
El inspector, que tenía alma y verdadera vocación de maestro, cogió en sus manos un trozo de corcho que había  en la mesa, y que estaba allí entre papeles para desechar.
Elevó el corcho con sus manos para que todos los niños lo vieran  y,  dirigiéndose a ellos,  les preguntó:
-    Chicos, ¿sabéis qué es esto? -
-“Un corcho señor "-  gritaron los alumnos sorprendidos.
-"Bien, ¿De dónde sale el corcho?"-
"De la botella señor,  lo coloca una máquina...",  "del alcornoque... de un árbol"... "de la
 madera...",  respondían animosos los niños.
"¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.
"Sillas...", "una mesa...", "un barco! "….   ¡Bien, ya tenemos un barco! dijo el
inspector.
¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en la pizarra y coloca el puerto más cercano
 para nuestro barquito?
Escriban a qué provincia  pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Conocen algún escritor que naciera allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?...  Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión...
El maestro quedó impresionado. Al terminar la clase le dijo conmovido:       
"Señor nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias."

    Son historias sobre austeridad, que reflejan tiempos y situaciones difíciles como las que actualmente estamos atravesando,  y que deberían invitarnos a  “arrimar todos el hombro”,  que deberían servir para darnos cuenta de  las cosas que de verdad importan.
    Con la que está cayendo y con la que se nos avecina, necesitamos estar más unidos que nunca y trabajar desde el cooperativismo, el desinterés, preocupándonos por las cosas y aspectos verdaderamente importantes,  trabajando por el bien colectivo,  por el bien común, construyendo puentes firmes que nos unan y que nos fortalezcan por eso de que la unión hace la fuerza.
     Pequeños gestos,  pequeños cambios de actitud por nuestra parte,  por insignificantes que parezcan, pueden hacer mucho en estas situaciones:
    Si una nota musical dijera y pensara que es insignificante dentro de una melodía, no habría sinfonías que escuchar. Si  una palabra dijera y pensara que es insignificante dentro de una página, no habría libros ni historias que leer o contar. Si una piedra pensara y dijera que ella es insignificante dentro de una pared, no habría casas ni  edificios que construir. Si una gota de agua pensara que ella sola no puede hacer el río, no habría mares,  ni océanos. Si el grano de trigo dijera que él solo no puede sembrar un campo, no habría cosechas….
    Así que, de nada vale construir medios puentes,  pues no sirven para cruzar el río;  de nada valen los esfuerzos a medio gas, compromisos a medias, planes y proyectos a medias… Probamos de todo pero sin entregarnos completamente a nada, empezamos de todo pero no concluimos nada, así que avancemos hasta que podamos generosamente terminar el puente y pasar el río,  porque verdaderamente tras la tormenta,  otros días vendrán….

                                                                                        ¡Felices Paces a todos!
                                                                                                           


 Esther Serrano Yus (Directora CP Ntra Sra de la Paz)