Mi abuelo materno siempre decía que para conocer un lugar y sus gentes, su historia y sus tradiciones, había que visitar su Mercado de Abastos y su Cementerio.... No sé si sería porque él tuvo que estar cambiando de lugar de residencia en muchas ocasiones por motivos relacionados con su trabajo, o por innata sabiduría, pero él, cada vez que llegaba por primera vez a un lugar, así lo hacía ...
Aún recuerdo el Mercado donde mi abuela materna en la ciudad de Zaragoza acudía semanalmente a hacer la compra de frutas, verduras y pescados.... acompañada de sus cuatro nietos que pasábamos con ella el verano.
No he olvidado el olor carácterístico al entrar en él, las voces de los mercaderes haciendo publicidad de sus productos, el barullo de la gente que iba y venía, miraba y compraba..... Me gustaba aquel carnaval de aromas y sonidos que se convertía en una fiesta de ciudad, donde podías conocer cómo eran tus vecinos, y los productos que nuestra tierra nos regalaba.
Si en el peso de tus compras se sobrepasaba el vendedor, añadía:
-¡Pues invite a su vecina!-.... que invitada y bienvenida era a la casa, a degustar y saborear la textura de los alimentos en tu cocina.
Cientos de puestos todos alineados, y decorados con una amalgama de colores que aportaban las frutas y verduras de la estación, y sus mercaderes que amistosamente charlaban y bromeaban intentando pasar la jornada de la forma más entretenida y alegre posible.
El Mercado era también un anunciador de las estaciones. Tanto a mis hermanos como a mí nos anunciaba el final del verano y nuestra próxima despedida de la ciudad, porque los puestos del mercado así lo indicaban; ya no se veían cerezas, pero sí membrillos, melocotones, nectarinas, higos y uvas, unas magníficas uvas.
- ¡Gracias a Vd por venir al Mercado!- me respondió la vendedora del puesto de
frutas esta misma mañana de sábado, con una voz suave y cálida que contrastaba con
los tonos de antaño, que se desgañitaban para llamar tu atención...
Y es que el Mercado Municipal ha visto su espacio invadido por multitud de supermercados de grandes y medianas superficies, es por ello que agradecen tu visita educadamente, porque en lugar de caminar hacia el mercado en compañía de tu carrito de la compra, nos acercamos al supermercado más próximo de la urbanización, donde si preguntas la procedencia del producto, seguramente te respondan: - Vienen del camión, Señora-, y donde el tomate de la mata lo podremos encontrar ya en una lata, exportado tanto a España como a Caracas....
(Mi pequeño homenaje a mis abuelos...)
Mi granito de arena en defensa de los Mercados Municipales de Abastos.
ResponderEliminarQuiero incluir también que en una de las visitas al mercado, había un grupo de estudiantes de medicina tomando la tensión a la gente a cambio de nada o de algunas pesetas según la voluntad (estaban intentando sacar dinero par la excursión fin de carrera). Mi madre les dio en agradecimiento un billete, que pensaba que era de 100 pts, pero en realidad eran 1000 pts (o más no recuerdo bien ya), y el chico anduvo loco por todo el mercado buscando a mi madre para devolvérselas, al darse cuenta de que era un billete de tanto valor..... ¡Curioso en estos tiempos que corren!, ¿no?... Finalmenbte nos encontró y le devolvió el billete a mi madre.
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