La mujer, con su cuadro debajo del brazo, no había aún atravesado el dintel de la puerta del estudio de aquel extraño pintor; echó un vistazo al interior y pudo comprobar sus pinturas llenas de colorido, retratos de mujeres sonrientes que reflejaban felicidad en sus rostros, cuerpos desnudos, cuerpos vestidos y semivestidos.
-"Me intimidan tantos rostros llenos de felicidad"- expresó la mujer mirando al extraño pintor, por iniciar diálogo. Él, guardaba silencio.
Según la mujer, su cuadro estaba terminado, y venía al estudio para que el extraño pintor lo evaluara. Se lo mostró y éste observó la obra con detenimiento y
concentración durante un rato. Entonces, alcanzó su paleta y sus
pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando el extraño pintor terminó, el cuadro de la mujer había cambiado
notablemente.
Ésta quedó asombrada; ante sus propios ojos la obra había pasado de
mediocre a sublime. Con mucha admiración y, casi con reverencia, le dijo:
-¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya
cambiado tanto mi cuadro?- dijo la mujer.
-"Es que, en esos pequeños detalles está el arte"-, le contestó el extraño pintor...
BIENVENIDOS A MI BLOG
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Con este blog solo pretendo compartir algunas lecturas, reflexiones, cuentos, relatos, poemas..... no solo con mis alumnos y alumnas, si no con todos mis seguidores y seguidoras.....
Lecturas, cuentos, relatos, poemas, que me parecen interesantes para trabajar y fomentar los VALORES y ACTITUDES..... (las buenas actitudes), y contribuir mínimamente a que todos seamos un poco mejores.
¡GRACIAS POR VISITARME!
sábado, 25 de febrero de 2012
sábado, 18 de febrero de 2012
UNA TARDE DE CINE
Aquella mañana sonó el teléfono muy temprano, y en términos propios de una niña de once años, Zulema vino a decir que necesitaba ese sábado una distracción que rompiera tanta cotidianidad repetida.... A mí me vino de perlas porque me sentía totalmente identificada con el contenido de la frase "cotidianidad repetida".
El plan no era otro que pasar la tarde en el cine, acomodadas en nuestras butacas, comiendo las típicas "cotufas"*(Véase pie de página).
-"Quizá sería buena idea avisar también a Daniel"- añadió Zulema con voz entusiasmada, ya que, Daniel, el vecino del tercer piso, despertaba en Zulema cierta mezcla de atracción y amistad conjugadas. ¡Dicho y hecho!.
Nos acicalamos para pasar una gran tarde, en un gran cine, viendo una gran película, que gozaba de mucho renombre y de mucha popularidad entre el público más joven.
Ya en la puerta del cine frente a la taquilla, aguardábamos nuestro turno para pagar nuestras entradas. Justo delante de nosotros se encontraba un señor, que si somos sinceros, sus ropas desmejoraban su presencia, su cara, en cambio, resultaba agradable de mirar; iba acompañado de dos niños y una niña algo más jovencitos que Zulema y Daniel, y que entrecruzaban miradas cargadas de, entre timidez y vergüenza. Sus atuendos delataban que eran heredados de hermanos o familiares mayores, y que aseguraban su uso un par de años más...
Verdaderamente estaban empleando demasiado tiempo para pagar y adquirir sus entradas.
Nosotros a través de las miradas, y sin mediar una sola palabra, nos preguntábamos el motivo de tanta espera. Nuestros rostros comenzaban a reflejar entre impaciencia y enfado, pues de lo que verdaderamente estábamos deseosos, era de encontrarnos ya en la sala, frente a la gran pantalla, sujetando nuestra tarrina de "cotufas".*
Zulema llevaba en la mano el billete con el que pagaríamos nuestras entradas. A ella siempre le hacía ilusión que le diera antes el billete, y aparentar así que era ella la que pagaba.....
Sin decir una sola palabra, dejó caer el billete al suelo, para inmediatamente después agacharse muy lentamente a cogerlo nuevamente, y sin dejar de mirarlo dirigió estas palabras al señor que estaba justo delante de nosotros intentando adquirir su entrada y la de sus hijos:
-"Señor, se le ha caído este billete...."- Éste la miró gratamente sorprendido, con la expresión de tener una segunda oportunidad, porque al parecer no llevaba el suficiente dinero para poder pagar su entrada y la de los tres chicos, que al mismo tiempo no quería que se percataran del asunto.
Zulema pudo entender y comprender la trama con gran habilidad, como siempre acostumbraba.
Nosotros nos quedamos sin cine, pero los tres volvimos a casa, y pasamos la tarde más feliz del largo y frío invierno.
* Cotufas: Palomitas de maiz
(A mis sobrinas María y Elisa)
sábado, 11 de febrero de 2012
"La vida secreta de las miradas"
Anselmo se levantaba cada mañana pensando que ese sería el gran día.
Frente
al espejo se miraba y para despejarse mojaba su cara en agua fría
llevando a cabo todos los movimientos, ya automatizados, para no
descuidar su imagen, y que le preparaban para afrontar la gymcana
diaria.
Anselmo era profesor de universidad, profesión que
adoraba. La eligió por verdadera vocación, y la disfrutaba, ya que,
estar rodeado de jovenes entusiasmados por su futuro, y otros no tanto,
le transmitían una fuerza especial que compensaba sus, en ocasiones,
tensas o frustradas relaciones con los compañeros y compañeras de
trabajo, vecinos, amigos, conocidos....
Su vida social y familiar en cambio, no había sido elegida por verdadera vocación, no obstante era
apta de aprobación por parte de todos. Estaba casado y era padre de tres,
ya emancipados, hijos a los que había podido dar una educación como "dios manda" (y más aún los hijos de un profesional de la
educación), conforme a los cánones sociales dictan.
Su vida
familiar era igualmente muy respetada y respetable; gozaba de la aprobación de
todos. Su dulce esposa era siempre un gran apoyo para él, fiel
compañera y amiga, que se mantenía al margen de la vida profesional y
laboral de su esposo, una mujer que podría calificarse como la perfecta
desconocida, siempre en la sombra, que lo respetaba, y que
discretamente callaba y lo apoyaba...
Pero a pesar de tener todos
estos aspectos externos que dan la cara a la galería, a su favor,
Anselmo sentía una gran frustración interior, tan interior y tal
frustración, que le daba miedo siquiera pensar en ella. Tal vez el
miedo a enfrentarse a ese profundo y retorcido nudo que le estrangulaba
hasta las entrañas, fuera la fuente de sus frustradas relaciones con
compañeros y compañeras de trabajo, vecinos, amigos, conocidos....., la
gran traba que le impedía ser feliz.
Pero hoy no iba a ser como
los demás días, hoy se atrevería, hoy estaba dispuesto a, de una vez
por todas, y como si de su último día de vida se tratara,
expresarlo; a confesarlo de una forma valiente y sincera, sin
importarle nada más.
De vuelta a casa y frente a Sara, su dulce
esposa, creyó estar armado de todo el valor necesario para contarle su
más hondo secreto tan bien guardado durante toda una vida. Pensar en
la reacción que pudiera tener Sara, le desconcertaba, le frenaba, le
paralizaba.... le inutilizaba.
Anselmo la miró a los ojos, ella
adivinó en su mirada el anuncio de algo que les distanciaría, que les
alejaría hasta tal punto, que no se atrevió a sostener su mirada por
miedo a despertar de su dulce sueño. Anselmo sintió una vez más cómo se
desvanecía su intención, esa liberación que necesitaba sentir se alejaba
una vez más, se debilitaba, y otro día más su valor quedó reducido a
la más mínima expresión, en la que solo se atrevió a balbucear.....
"¡Qué hay, cariño!, la besó en la mejilla y añadió: -"Estoy
cansado...., muy cansado"-.
viernes, 10 de febrero de 2012
martes, 7 de febrero de 2012
El Águila y el Halcón (Leyenda Sioux)
...Quizá por el título pueda parecer una fábula, pero no lo es. Se trata de un breve relato que quiero lean los alumnos y alumnas adolescentes que, a los 14 años piensan haber encontrado el amor de su vida, y dejan de estudiar, o se apartan de sus amigos y amigas por creer haber encontrado ya lo que buscaban en la vida. Igualmente me gustaría fuera leída y comentada en el "Taller sobre Violencia de Género e Igualdad", que próximamente se va a desarrollar en mi Centro con el alumnado de 1º y 2º de ESO, en colaboración con el Centro de la Mujer de la localidad.
EL ÁGUILA Y EL HALCÓN (Leyenda Sioux)
La historia narra el encuentro de dos jóvenes indios enamorados. Tan enamorados estaban el uno del otro, que acudieron al más sabio y longevo de una tribu vecina, con el firme propósito de que uniera sus vidas para siempre.
Cuando estaban frente al viejo sabio y le contaron su deseo, éste les dijo que antes de unir sus almas de por vida, tenían que separarse para traer cada uno de ellos, por su propia cuenta, un ave; el ave que más alto volara.....
Tan fuerte era su deseo que cada uno inició el viaje por su cuenta en busca del pájaro de mayor envergadura.
Poco tiempo después volvieron, ella con un halcón, y él con un águila.
El viejo sabio cogió las dos aves y ató una pata del halcón con una pata del águila, y los dejó volar delante de los jóvenes. No podían elevar sus vuelos por más intentos que hacían, una y otra vez lo intentaban sin apenas poder despegar del suelo hasta que comenzaron a picotearse y a hacerse daño uno a otro.
El viejo sabio se dirigió a los jóvenes ante la triste escena y les dijo:
-¿Veis a las dos aves que más alto vuelan, como al atarlas la una a la otra no pueden elevar su vuelo, e incluso, sin desearlo, llegan a hacerse daño?
El amor verdadero y auténtico debe volar y evolucionar libre, uno al lado del otro, pero no atado, para que cada uno pueda llegar donde desee sin que el otro se lo impida...
( ..... a Gema)
EL ÁGUILA Y EL HALCÓN (Leyenda Sioux)
La historia narra el encuentro de dos jóvenes indios enamorados. Tan enamorados estaban el uno del otro, que acudieron al más sabio y longevo de una tribu vecina, con el firme propósito de que uniera sus vidas para siempre.
Cuando estaban frente al viejo sabio y le contaron su deseo, éste les dijo que antes de unir sus almas de por vida, tenían que separarse para traer cada uno de ellos, por su propia cuenta, un ave; el ave que más alto volara.....
Tan fuerte era su deseo que cada uno inició el viaje por su cuenta en busca del pájaro de mayor envergadura.
Poco tiempo después volvieron, ella con un halcón, y él con un águila.
El viejo sabio cogió las dos aves y ató una pata del halcón con una pata del águila, y los dejó volar delante de los jóvenes. No podían elevar sus vuelos por más intentos que hacían, una y otra vez lo intentaban sin apenas poder despegar del suelo hasta que comenzaron a picotearse y a hacerse daño uno a otro.
El viejo sabio se dirigió a los jóvenes ante la triste escena y les dijo:
-¿Veis a las dos aves que más alto vuelan, como al atarlas la una a la otra no pueden elevar su vuelo, e incluso, sin desearlo, llegan a hacerse daño?
El amor verdadero y auténtico debe volar y evolucionar libre, uno al lado del otro, pero no atado, para que cada uno pueda llegar donde desee sin que el otro se lo impida...
( ..... a Gema)
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